¿Cómo será hospedarse en un hotel después de la pandemia?

La industria hotelera está apostándole a la digitalización de sus servicios para reducir el contacto físico. Cada vez son más los hoteles en los que el check-in y el check-out se pueden hacer en línea. También son muchos los que han cambiado el sistema de los estacionamientos y ahora estos son gratuitos y de autoservicio para evitar contacto con boleteros y valet parking.

Con propiedades en Europa, América y Asia, la cadena de hoteles citizenM ha ido un paso más allá. Además de contar con dispositivos de pulverización electrostática para desinfectar el equipaje, han desarrollado una aplicación móvil con múltiples funcionalidades. A través de ella puede regularse el cierre de las persianas, la intensidad de la luz y la temperatura de la habitación.

Las medidas de higiene y el mantenimiento de los cuartos son de por sí áreas sensibles en cualquier hotel. Después de la pandemia se han convertido en el pilar de una estancia cómoda y segura. Los dueños y gerentes han prestado especial atención al tema y se han esforzado por mejorar la capacitación del personal de housekeeping. También han sustituido los productos de limpieza con desinfectantes más potentes y focalizado la atención en manijas, controles, teléfonos y otros artículos que comúnmente se manipulan. Además, en muchos hoteles se han retirado de las habitaciones amenidades no esenciales como cafeteras, tapetes y revistas.

Ubicado a unos pasos de la plaza principal de la capital mexicana, el Gran Hotel Ciudad de México ha tomado medidas extraordinarias para desinfectar las instalaciones, reduciendo así el riesgo de contagio. Entre ellas destacan la utilización de lámparas de luz ultravioleta para complementar la limpieza, la desinfección de superficies a través de nebulizaciones con productos viricidas de grado hospitalario y el uso de paños de diferentes colores para evitar la contaminación cruzada. En cada habitación, el personal de limpieza coloca kits individuales que incluyen toallas desinfectantes, gel antibacterial y cubrebocas.

Los restaurantes en los hoteles también han vivido los cambios que ha experimentado la industria de la hospitalidad. Muchos han tenido que limitar el aforo para seguir con los lineamientos locales de distanciamiento social. En la mayoría de los hoteles todo incluido están suspendidos los servicios de bufet y se promueven el servicio a la habitación y el grab-and-go de porciones individuales, empacadas en envases desechables. Además, algunos restaurantes recurren a menús impresos en papel para un solo uso o los despliegan en pantallas. Lo mismo sucede con la cuenta, que es mostrada en una pantalla y en ocasiones el pago debe hacerse directamente en la caja, preferentemente con tarjeta, para evitar el uso de dinero en efectivo.

En destinos multitudinarios como Las Vegas, las medidas tienen que ser aun más rígidas. En el Aria Resort & Casino, perteneciente a la cadena MGM, cuando los restaurantes están a su máxima capacidad piden a las personas que llegan su número telefónico para enviarles un mensaje cuando la mesa esté lista. Con ello evitan reuniones innecesarias en las áreas de espera.

Las áreas comunes de los hoteles, que generalmente son las consentidas de los huéspedes, como las piscinas, las terrazas o los spas, también han tenido que adaptarse a la llamada nueva normalidad. Aunque hay variaciones dependiendo de las regulaciones locales y el criterio del equipo directivo, el aforo a los gimnasios de los hoteles ha quedado limitado al 50% de su capacidad normal y deben limpiarse a profundidad los aparatos entre uso y uso. En el caso de las piscinas, dependiendo de su tamaño, también hay un máximo de personas que pueden estar dentro al mismo tiempo. Los camastros están ahora mucho más separados entre sí (al menos metro y medio) y la frecuencia de la limpieza y desinfección de las áreas abiertas ha aumentado.

Hay hoteles en los que los spas y las áreas infantiles, así como algunos bares o centros de negocios, no han sido reabiertos. En los grandes resorts de playa en los que los espectáculos y actividades grupales son comunes, como Fiesta Americana Condesa Cancún, los shows y clases de aquaeróbics, baile y yoga también están temporalmente suspendidos. La intención de estas medidas es evitar las conglomeraciones que pueden desencadenar contagios masivos.

No son pocos los hoteles que ofrecen servicios médicos básicos e incluso cuentan con un médico residente que atiende las eventuales emergencias. Con la situación que atravesó el mundo a comienzos de 2020, varios decidieron reforzar esa área y mejorar la atención médica disponible en las instalaciones del hotel. Si experimentas síntomas como tos seca, fiebre, irritación de garganta, dolor de cabeza y/o cansancio excesivo, lo recomendable es que te quedes en la habitación y desde ahí llames a recepción para informar sobre tu caso y pedir asesoría. Seguramente ellos tendrán un protocolo de acción para atenderte de forma rápida y segura.

La operadora francesa AccorHotels, dueña de hoteles como Ibis Mérida, ha establecido un acuerdo con la también gala empresa aseguradora AXA. El propósito de esta alianza estratégica es proporcionar a los huéspedes de los más de cinco mil hoteles de la cadena acceso a teleconsultas médicas. Así, cualquier persona que presente síntomas de COVID-19, puede hablar con un médico a través de una videoconferencia, quien procurará darle un diagnóstico adecuado.

Hasta antes de la pandemia, el turismo era la tercera fuente de ingresos en el país y casi 4 millones 500 mil personas trabajaban en el sector. Por ello, su reactivación es muy importante. La buena noticia es que los empresarios del ramo han puesto manos a la obra y, cumpliendo las normas de seguridad, cada vez son más los hoteles que están otra vez abiertos.

Laura Bronner, escritora, viajera profesional y creadora de Eternal Expat, estuvo hace unos días en Manzanillo y se hospedó en el Hotel Costa Brava. “Me impresionaron sus precauciones…Tomaron nuestra temperatura y la registraron en la forma de ingreso,” comenta. También me platicó que había una única persona trabajando en el front desk y que solo permitían a una persona por familia acercarse para hacer el check-in, y que al no haber tanta gente en el hotel, tampoco había fila de espera.

Otra viajera reciente, mi amiga Pati, se hospedó en el Mayan Palace Riviera Maya y regresó a la Ciudad de México sorprendida: “Todo, absolutamente todo el personal usa cubrebocas y careta,” explica.