Pueblos mágicos en Hidalgo para una escapada corta

Huasca de Ocampo le debe parte de su encanto a la explotación de las minas de Pedro Romero de Terreros, quien fue el hombre más rico de la Nueva España y construyó las haciendas de Santa María Regla y San Miguel Regla.

Hoy las puedes visitar para conocer los prismas basálticos, inusuales formaciones rocosas con cascadas que los fotógrafos adoran retratar. De vuelta en el centro, debes perderte entre sus calles empedradas o visitar sus tiendas de artesanías hasta toparte con la Iglesia de San Bautista, de gran valor artístico.

Por estar rodeado de bosques y minas, en Huasca de Ocampo es común escuchar historias sobre duendes y espíritus de la naturaleza. Si quieres pruebas de su existencia, debes visitar el Museo de los Duendes, una pintoresca cabaña que exhibe testimonios de las travesuras de estos seres.

Sí, tus sospechas son ciertas: Real del Monte también creció y se embelleció a causa de la minería. Esa abundancia económica hizo que, en el siglo XIX, a aquí llegaran numerosos mineros de Cornualles, Inglaterra, mismos que dejaron para siempre su huella en el pueblo. ¡Es uno de esos lugares que hay que visitar una vez en la vida!

Lo vas a notar cuando pasees debajo de sus tejados inclinados, frente al jardín de la plaza principal y, sobre todo, en sus pastes: deliciosos pastelillos rellenos que fueron introducidos por los europeos.

Sin embargo, en donde más se aprecia el legado británico es el Panteón Inglés, un evocador rincón cuyas lápidas están alineadas en dirección hacia Inglaterra. Cubierto por el musgo y a la sombra de altos árboles, este espacio de Real del Monte invita a imaginarse dentro de una novela de misterio al más puro estilo inglés.

Situado en Corredor de la Montaña Hidalguense, este Pueblo Mágico en Hidalgo es perfecto para quienes prefieren ponerse en acción a mitad de la naturaleza, pues se ubica a más de dos mil metros de altitud y está rodeado de riscos, cañones y bosques.

Fue fundado hace casi 500 años a raíz del descubrimiento de ricas vetas de mineral. Por ello aún conserva bellos monumentos, como la Iglesia de la Purísima Concepción, cuyo reloj se construyó en el mismo taller que el Big Ben londinense.

Desde luego, ninguna visita a Mineral del Chico estará completa si no visitas el cercano Parque Nacional El Chico. En medio de pinos y oyameles podrás montar en cuatrimoto, acampar, hacer senderismo o aventarte en tirolesa. Si eres más aventurero, tienes que apuntarte a la Vía Ferrata, una caminata sobre cables de acero a más de 200 metros de altura instalados en la ladera del monte La Tanda.

No todos los Pueblos Mágicos en Hidalgo se sitúan entre bosques y frías montañas. Tecozautla, al noroeste del estado, presume de un clima cálido y paisajes semiáridos. Sin embargo, la mayoría de los viajeros acude a este poblado en busca de otro tipo de calor: el que proviene de un géiser que provee de aguas termales a los balnearios de los alrededores.

Y aunque quedarse todo el fin de semana en la alberca es irresistible, Tecozautla también sorprende por su patrimonio histórico. En el paraje de Banzhá hay figuras rupestres y en la cercana zona arqueológica de Pahñú verás pirámides que dominan la cima de un cerro.

También son de obligada visita el acueducto de Los Arcos, construido en el periodo virreinal, y el reloj monumental El Torreón, un bello ejemplo de la arquitectura afrancesada del porfiriato. ¿A que no te esperabas tanta historia?

No quisiera terminar este recorrido por Hidalgo sin antes recomendarte conocer Zempoala, que apenas en 2017 recibió su nombramiento como Pueblo Mágico. El principal motivo por el que Zempoala fascina a los visitantes es el cercano Acueducto del Padre Tembeleque.

Esta impresionante obra hidráulica fue construida en el siglo XVI para transportar agua hacia varios poblados de los actuales estados de Hidalgo y México. Edificado bajo supervisión del franciscano Francisco de Tembleque, este monumento fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2009.

Después de contemplar los altos arcos del acueducto, tu siguiente parada debe ser alguna hacienda pulquera (como Santa María Tecajete) o irte directo a probar el ximbote, una penca de maguey rellena de verduras y carne de pollo, cerdo o carnero. Otra especialidad local son la barbacoa y el pan horneado con leña de pirul. ¡Todo delicioso!