Algo que no suele pasarme desapercibido, en cada hotel que visito, es su oferta gastronómica y, como buen foodie, al estar de vacaciones tengo más tiempo para experimentar todas las propuestas locales de comida y los distintos conceptos que ofrecen.
Si eres como yo, de los que creen que el hotel perfecto debe tener un restaurante único, no te puedes perder estas recomendaciones para tu siguiente visita a las costas de Nuevo Vallarta.
El Hotel Grand Velas es uno de los resorts de lujo más importantes de la zona y entre sus espacios de alta cocina está el Lucca, con un estilo de cocina italiana-mediterránea. El restaurante abre especialmente para la cena, que es cuando las pastas y las pizzas empiezan a recorrer el amplio y elegante salón con una decoración de estilo ecléctico de terciopelos azules, espejos y colores metálicos.
El servicio es muy atento y, como recomendación, puedes ordenar el fantástico risotto al fungi, con hongo porcini, portobello y enmantecado con parmesano; ¡es un verdadero acierto del chef! Si te animas a pedir más, te sugiero las costolette di agnello: un rack de cordero asado con puré de berenjena, pimiento relleno de higo y chabacano que me dejó sin palabras.
El ambiente es formal y, ocasionalmente, una violinista bastante virtuosa lo llena de buena música. Sin duda, este es un lugar perfecto para ir con tu pareja a festejar algún momento especial.
Cuando el sol empiece a esconderse en las costas del Pacífico, aprovecha este spot con mucha onda ubicado en la cima del hotel Marival para tener una vista panorámica de unos atardeceres únicos desde la terraza.
Ya si deseas también refrescarte puedes sumergirte en su infinity pool y, como toda buena terraza, la barra premium es su especialidad.
Así que realmente espero que la puesta del sol te encuentre con unos gin & tonics en mano: prueba el de frutos rojos y el de pepino con hierbabuena. Si no eres de tragos, la carta de vinos es muy variadas, con opciones de España, Francia, Australia y Argentina, entre otros.
En Insú Sky Bar el concepto de cocina que proponen es de comida internacional gourmet, con un menú minimalista que abarca lo mejor de tres continentes: Europa, América y Asia. Tiene un estilo más de tapeo y las presentaciones de sus platillos me encantaron, como las mini hamburguecitas, los deliciosos tacos de pato y las tres piezas de kofta de cordero que sirven con pan pita, salsa de yogurt con pepino y jalea de menta; ¡todos son impresionantes!
Si alguna vez soñaste con una cena romántica perfecta, con el mar de fondo y en un ambiente distinguido, este es el lugar indicado; cocina clásica francesa muy dedicada, vistas al mar desde los ventanales y una decoración lujosa para poder romancear a gusto.
Aquí, el momento para aprovechar es la cena. Si bien puedes asistir desde el desayuno, la noche tiene su encanto por la iluminación de sus lámparas de cristal colgantes, su estilo casual elegante y un menú que no te será sencillo olvidar.
Te recomiendo ordenar una de las clásicas entradas francesas de la carta y que, por cierto, les quedan increíbles: los escargots (pequeños caracoles cocinados con una mantequilla de ajo y perejil) son mis favoritos y estoy seguro que los recordarás por un buen tiempo. Para los que nos gusta un poco de show durante la comida, pedir el tártar de res es todo un espectáculo, ya que lo preparan a la perfección en tu mesa mientras lo vas saboreando.
Étonné se encuentra adentro de uno de los más grandes complejos hoteleros que ofrece Vidanta en el país y lo puedes elegir entre los más de cuarenta (sí, leíste bien, ¡cuarenta!) restaurantes y lounges que ofrece este inmenso resort de lujo frente al mar.
Lo que más me impresionó del hotel Villa La Estancia es cómo conservaron un estilo de estancia a pesar de su gran tamaño. Sillones y sillas con cuero, madera, cuadros y colores cálidos de decoración dan esa impresión bastante acogedora.
Para mí, toda gran estancia debe tener una buena casona y este es el caso de su restaurante familiar, con un estilo de cocina steak house mexicana especializado en cortes premium como carne de Kobe.
Para saciar esas ganas de carne en las vacaciones, te sugiero pedir el rib eye: ¡cómo explicarte cómo se derrite en la boca! Los parrilleros de este lugar logran el punto perfecto en sus carnes. Los platos vinieron acompañados con pan artesanal y te recomiendo acompañarlo, naturalmente, con un Cabernet Sauvignon que puedes seleccionar de su gran carta de vinos.
Para el desayuno en La Casona, me recomendaron su imperdible variedad de huevos benedictinos. Aunque me costó madrugar, allí estuve temprano para entender el porqué de su fama, que tienen muy merecida, por cierto. Pregunta por los jugos naturales del día que son, realmente, exprimidos en el momento.
¿Te gusta la comida mexicana tradicional, pero con toques originales? Este es tu lugar ideal. Lo mejor es sentarse a desayunar en una de las mesas de El Patrón, alrededor de sus columnas y de sus inmensos ventanales, para apreciar la vista panorámica de la bahía. Si eres afortunado te tocará avistar, a lo lejos, en el mar, algunos delfines y ballenas mientras comes.
Para el momento del desayuno prueba sus exquisitos huevos rancheros o los antojables chilaquiles y acompáñalos con un jugo verde de vegetales. Si llegas con apetito a la hora del almuerzo, no te puedes perder el pescado zarandeado o el chamorro braseado que son unas joyas del lugar y sus porciones son muy generosas.
Algunas de las cosas más bonitas del hotel Villa del Palmar Flamingos son su impresionante arquitectura de estilo mexicano y los preciosos jardines tropicales que logran un ambiente mágico y de calidez para relajarse y sentirse como en casa.
No podíamos dejar fuera otro gran restaurante dentro del complejo del Marival Emotions: Amalfi. La propuesta es cocina italiana a la carta de primer nivel y se maneja únicamente con reserva para las cenas, lo que lo convierte en uno de los espacios más exclusivos de Nuevo Vallarta.
Lo primero que me llamó la atención de la carta fue el carpaccio di salmone con aceite de oliva y alcaparras, que debo confesar, fue un gran inicio para la cena. La decisión se puso un tanto más difícil para el plato principal, porque no lograba decidirme entre el farfalle con camarones en salsa de limón —que sonaba estupendo—, o la lasagna de la nona, que según me contaron los meseros, utilizan la receta original de la abuela del propietario del Marival Resort. Opté por la tradición y no me equivoqué, fue una de las mejores lasagnas de mi vida.
Si vas con niños puedes ordenar el menú espacial para ellos. El espagueti con albóndigas y la copa fantasía con una variedad de helados, les fascinará.