Lugares cerca de Monterrey: ideas para cinco viajes cortos

En el estado vecino de Coahuila tienes el viñedo más antiguo del continente americano, fundado en 1597, en lo que entonces era la Hacienda de San Lorenzo. Hoy, Casa Madero es uno de los atractivos principales para los entendidos y el público general, pues se pueden reservar recorridos —a caballo, en calandria o a pie— y degustaciones.

Aunque esta es una de las principales atracciones de Parras, definitivamente no es la única. La zona es rica en fauna salvaje —osos, pumas, venados cola blanca, rótales y águilas—, por lo que debes asomarte a la famosa cueva de los murciélagos. Si quieres un plan más tranquilo, salte a caminar por el pueblo, sumérgete en los manantiales de la Luz o de la Hacienda, ve a reírte un rato al Museo de los Monos, los lugares familiares de Francisco Madero y no dejes de probar los dulces típicos de membrillo, higo, nuez, piñón y cajeta.

No lejos de ahí está Cuatrociénegas, cuna de otro presidente revolucionario, que medía casi dos metros de altura: Venustiano Carranza. El atractivo de este Pueblo Mágico y la razón por la que lo consideramos uno de los lugares a visitar cercanos a Monterrey es por sus famosas pozas de agua turquesa en medio del desierto y por sus dunas de yeso, que pintan el paisaje de blanco, como si fuera nieve, pero con el calor del norte.

A esta zona parece que no llegaron las enseñanzas de Darwin, pues existen organismos que quedaron atrapados en las pozas y que no solo se resistieron a la evolución, sino también a la desaparición. Expertos de la NASA opinan que es un sitio de invaluable importancia científica para entender el origen de la vida y explorar la posibilidad de vida extraterrestre.

En Cuatrociénegas puedes visitar el museo de Carranza; hacer un recorrido con su degustación por las bodegas de Miguel Ferriño, que tiene más de 150 años de antigüedad; echarte unos tragos en la cantina La Oficina, también antiquísima; o nada y kayakea en el río Mezquites, poblado por peces y tortugas.

Al pie de la Sierra de Gomas, al norte de Nuevo León, destaca el Pueblo Mágico de Bustamante. Hasta acá trajeron los colonizadores españoles a un puñado de familias tlaxcaltecas, cuya herencia perdura en la imagen del Señor de Tlaxcala, que se venera en la iglesia de San Miguel. Aquí todavía se produce mezcal —una tradición también colonial que se ha ido evaporando en el estado— y artesanías de madera y palmito.

Si te llaman la atención la escalada o la geología, tendrás mayor interés en explorar las grutas y el cañón, donde podrás ver 3 kilómetros de formaciones caprichosas de la naturaleza y paredes que querrás conquistar. Si prefieres algo más científico, Cerro Grande tiene recorridos guiados por geólogos y paleontólogos.

La ciudad de Torreón es una delicia para visitar. Ya sea que te apasione el futbol, la historia o el ecoturismo, Torreón te ofrece esto y más. Aquí juega de local el equipo Club Santos Laguna de la primera división y su afición es considerada una de las mejores de la Liga MX. ¡No te puedes perder un partido del Santos! O, si prefieres los batazos, de los Algodoneros, el equipo de béisbol local.

La Comarca Lagunera es conocida por su importancia en la agricultura y ganadería nacional. Renta unos 4×4 y vete a las dunas de Bilbao, a conocer las grutas del Rosario o a recorrer el cañón de Jimulco. Cuando vuelvas a la ciudad, asómate a conocer los museos del algodón, del ferrocarril, el Arocena o la Casa del Cerro.

Si te gusta la aventura, debes conocer tres de los secretos mejor guardados de los regiomontanos: las cascadas del Chipitín, Matacanes e Hidrofobia, en una progresión de adrenalina de menor a mayor. Estos destinos se ubican cerca de la ciudad y —con excepción del Chipitín— es mejor que tú y tus amigos vayan con guía y equipo para rapelear.

Chipitín es un lugar tranquilo ubicado en la zona de Santiago, Nuevo León, ideal para que se diviertan chicos y grandes en el río, las cascadas y los toboganes naturales que el agua ha formado. Después está Matacanes, un recorrido de 12 kilómetros por un cañón espectacular, que incluye inmersiones en el río, rapeles de hasta 26 metros por cascadas y saltos al agua de hasta 12 metros. Pero para los cañonistas, el rey de los recorridos es Hidrofobia, con 18 kilómetros de longitud, aguas cristalinas y saltos de hasta 18 metros.