Vete con tu pareja a una de las haciendas más famosas de México, que fue construida bajo órdenes de Hernán Cortés en 1530 y llegó a ser una de las más prósperas de toda la región. Ahora este hotel romántico se dedica a consentir a los enamorados y ayudarles a que se sientan en el paraíso por unos días.
Una vez que lleguen al hotel no tendrán que volver a salir para nada, el chiste es quedarse y disfrutar sin prisas de las habitaciones, dormir hasta tarde en las camas estilo imperial y ¿por qué no? pedir que les lleven el desayuno a su propia terraza. Cuando se hagan el ánimo de salir del cuarto, pueden irse directo a la alberca, que está rodeada de jardines y ricos camastros para descansar entre chapuzones. Este será el momento perfecto para por fin leer ese libro que habías dejado a medias o platicar con tu enamorado de sus planes a futuro.
Si estás de acuerdo en que un parte importante de cualquier viaje es la comida, te alegrará saber que en el restaurante La Casona preparan platillos inspirados en los menús que se servían a los invitados de la hacienda hace varios siglos. Algunos de los favoritos son el mole de Xico, la ensalada del Conquistador y la Pechuga Malinche. Si van al hotel en fin de semana, no se pueden perder su famoso brunch que se sirve cada domingo de 8 am a 5 pm y tiene la variedad suficiente para dejarlos con el estómago y el corazón contentos.