Destinos para tomar un buen café en México: deliciosas experiencias en medio de la naturaleza

Aquí se encuentran algunos de los cafetales más famosos del país, por lo que es una visita obligada para cualquier persona que visite Chiapas. Entre paisajes de vegetación exuberante, los cafetales de Tapachula son el escenario ideal para profundizar y vivir de primera mano los procesos de producción del café.

Las mejores opciones para sumergirse en el mundo del café y a la vez encontrar un santuario de relajación son Argovia Finca Resort y la Finca Hamburgo.

Veracruz es uno de los principales destinos para tomar café en México, debido a una ruta del café que resalta por la calidad de las semillas que en ella se cultivan, así como por la belleza de sus paisajes.

La ruta del café en Veracruz comprende diez regiones —82 municipios—, por lo que se requeriría de al menos una semana para conocerla a profundidad. Sin embargo, para un viaje de fin de semana, hay dos lugares en los que se podría resumir la experiencia: los pueblos mágicos de Coatepec y Xico, donde se produce café de calidad excepcional.

Estos dos lugares cuentan con distintas fincas, haciendas, museos y cafeterías para empaparse de todo lo que implica una buena taza de café; sin embargo, lo recomendable es hospedarse en Xalapa, donde la opción hotelera es mucho más amplia y cómoda.

Tal vez Colima no sea la primera opción que venga a la mente al buscar un viaje entre cafetales. Sin embargo, es un sitio excelente para disfrutar una buena taza de café orgánico. La industria, que también abarca los municipios de Cuauhtémoc y Villa de Álvarez, es pequeña —solo hay 16 agricultores dedicados a esto—, pero el producto que aquí se trabaja es sobresaliente, gracias a un terruño privilegiado, a las faldas del Volcán de Fuego.

Este Pueblo Mágico es muy pequeño, por lo que una visita de un día es suficiente para disfrutar su encanto colonial y su ruta del café. El punto de partida es la catedral, de donde sale el Café Bus, un camión encantador, acondicionado con mesas para tomar café de manera cómoda mientras se recorren puntos clave de esta bebida, como el Café Nogueras —donde hay que comprar café para llevar a casa—, así como sitios curiosos, como la famosa “zona mágica”, un sitio en el que los autos, por razones inexplicables, desafían la gravedad.

Huatulco es un lugar donde siempre hay algo que hacer: tomar clases de surf, participar en catas de mezcal y rodearse de paisajes idílicos. Y entre esa belleza no solo hay playas; también hay fincas cafetaleras en plena Sierra Madre del Sur, que vale la pena visitar aun si no se es fan del café.

Las visitas a fincas en Huatulco —o en Oaxaca, en general— suelen tener un atractivo superior al de otras zonas: usualmente, estas visitas no se tratan solo de café, sino que también se aborda otro pilar cultural de este estado: la gastronomía. La mayoría de las fincas no solo muestran los procesos de producción de café, sino que también abordan la creación de algunos guisos de la región o la elaboración tradicional de tortillas. Así, el viaje se convierte en toda una experiencia culinaria.

Hay dos palabras que bastan para describir al Pueblo Mágico de Xicotepec: misticismo y café. En este lugar, el catolicismo y las tradiciones prehispánicas conviven, rodeadas de un delicado aroma a café.

Aunque este sitio en Puebla tiene una gran tradición cafetalera, apenas el año pasado inauguró su primera Ruta del Café, que se despliega en recorridos que pueden durar desde dos horas hasta dos días. En él, se visitan fincas en las que se produce café de distintas calidades, desde estándar hasta orgánico y de especialidad. Sea cual sea la ruta, el día debe comenzar con una buena taza en el café Bunte.